Israel ignora la acusación de genocidio de la ONU y arrasa Ciudad de Gaza con la bendición de EE.UU.
Marco Rubio visitó Israel y ratificó el apoyo total de la administración de Donald Trump a las acciones del gobierno de Netanyahu. Los tanques israelíes avanzan en Ciudad de Gaza contra los cientos de miles de palestinos allí atrapados.
La nueva fase del asalto israelí a Gaza, con la invasión terrestre de su capital en el norte de la Franja, tiene la aquiescencia de Estados Unidos, reiterada en la visita a Israel de su secretario de Estado, Marco Rubio. Con ese visto bueno, las fuerzas israelíes avanzan ya, apoyadas por artillería pesada y tanques, por las calles de Ciudad de Gaza, ante el horror de los cientos de miles de palestinos atrapados en sus ruinas. Esta ofensiva tiene la condena de Naciones Unidas, que, en un demoledor informe, acusa a Israel del delito de genocidio de la población palestina y califica de "cómplices" a quienes optan por ignorarlo.
Desde la noche, las emisoras israelíes narran en directo la ofensiva terrestre en Ciudad de Gaza, con los carros de combate, los blindados y miles de soldados avanzando ya por el centro de la capital gazatí. El resultado puede ser catastrófico, pues esta ciudad semiderruida, con sus torres de apartamentos volatilizadas en los últimos días por los misiles israelíes, sigue siendo el refugio de cientos de miles de palestinos. El genocidio denunciado este martes por la ONU está alcanzando uno de sus picos más agudos.
Forzados a abandonar la urbe por el Ejército israelí, buena parte de los habitantes de Ciudad de Gaza ha decidido, sin embargo, quedarse en sus hogares y refugios en esta localidad del norte de la Franja, pues en el sur, donde quieren instalarlos en auténticos campos de concentración las autoridades israelíes, solo hay desolación y los bombardeos se producen igualmente. Mucha gente ha optado por retornar a Ciudad de Gaza tras ver lo que ocurre en el sur.
"La gente está muy confundida, con miedo, y ya no sabe dónde ir, ni dónde puede estar segura", señaló en un comunicado la coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, Esperanza Santos. La organización humanitaria recordó que la población gazatí ha tenido que desplazarse "hasta más de 30 veces" desde octubre de 2023 y "ya no pueden más".
"Gaza arde". Más de medio millón de gazatíes acorralados
Si antes de que comenzara la invasión israelí de la Franja palestina, en octubre de 2023, había un millón de habitantes en Ciudad de Gaza, en estos momentos no se sabe cuántas personas quedan allí. El Ejército israelí indica que 350.000 gazatíes abandonaron ya la ciudad en los últimos días ante la amenaza militar. La ONU, sin embargo, rebaja esa cifra a la mitad. En todo caso, no menos de medio millón de personas aguardan ante los tanques, acorraladas mientras siguen los bombardeos.
"Gaza está ardiendo", afirmó el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, para confirmar el asalto final a la capital administrativa del enclave palestino, que, en menos de 24 horas acabó con la vida de un centenar de gazatíes. Katz cifró en 2.000 o 3.000 los combatientes de las guerrillas de Hamás que quedan en Ciudad de Gaza. Ahora, para "desmantelar la infraestructura terrorista", como precisó el propio Ejército, Israel amenaza las vidas de cientos de miles de gazatíes.
Este ansia de exterminio no es nueva en el genocidio acometido por Netanyahu y sus halcones de extrema derecha como venganza por el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023, que se saldó con 1.200 personas asesinadas en Israel y 251 secuestrados. Hasta ahora esa respuesta se ha cobrado la vida de 65.000 gazatíes, un tercio de los cuales eran niños.
La nueva fase de la ofensiva israelí contra Ciudad de Gaza quita ya casi cualquier esperanza de que los familiares de los 20 rehenes que pueden quedar con vida los vuelvan a ver sanos y salvos. Han protestado ante el comienzo del ataque por tierra a Ciudad de Gaza, sin que Netanyahu los haya escuchado. Al fin y al cabo, el primer ministro depende de que Hamás siga conservando cautivos para continuar la campaña israelí en Gaza y así evitar ser juzgado en Israel por corrupción o acabar en un tribunal internacional acusado de crímenes de guerra.
Precisamente, este martes comenzaba uno de esos juicios por corrupción que Netanyahu tiene pendientes, pero las miradas estaban centradas en la nueva fase de la operación militar en Gaza y en Naciones Unidas.
Sí, lo de Gaza es un genocidio
"Israel ha cometido genocidio contra los palestinos en Gaza", aseveró este martes una Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU. Al contrario que las noticias de más muertes y destrucción que llegaban de Gaza, este torpedo desde Ginebra sí impactó bajo la línea de flotación del Gobierno israelí.
Ya en anteriores ocasiones, relatores y responsables de agencias de Naciones Unidas habían acusado a Israel de cometer crímenes de guerra y genocidio, pero esta vez la acusación viene con un dictamen jurídico internacional.
También una treintena de países habían realizado esa denuncia, así como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Médicos Sin Fronteras u Oxfam, al igual que organizaciones judías: las israelíes B’Tselem (el Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados) y Physicians for Human Rights Israel, así como la estadounidense Jewish Voice for Peace.
En La Haya, Israel o sus dirigentes eran ya investigados por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde Sudáfrica acusa a ese país de genocidio, y por la Corte Penal Internacional (CPI), que ha dictado órdenes de detención contra Netanyahu y su ex ministro de Defensa Yoav Gallant por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Una de las personas que más veces ha denunciado el genocidio de Gaza ha sido la relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese. Por ejemplo, en marzo de 2024, en un informe titulado "Anatomía de un genocidio", Albanese afirmó que existían "motivos razonables para creer que el umbral a partir del cual puede decirse que Israel ha cometido (genocidio) ya se alcanzó".
El lunes, en una rueda de prensa en Ginebra, la relatora de la ONU arrojó un dato brutal que, de ser cierto, reforzaría la acusación vertida este martes de Israel como un estado genocida, pues multiplica por diez el número de personas asesinadas en Gaza.
Según Albanese, "710 es el número de días de horror absoluto que la gente en Gaza ha soportado y 65.000 es el número de palestinos supuestamente muertos, de los cuales más del 75% son mujeres y niños, Pero de hecho deberíamos empezar a pensar en 680.000, porque este es el número que algunos académicos y científicos afirman que es la verdadera cifra de muertos en Gaza".
Los propios trabajadores de la ONU sobre el terreno han referido que bajo los escombros de las localidades devastadas de Gaza podría haber decenas de miles de cuerpos. El comisionado de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, lo ha repetido en varias ocasiones: "Gaza se ha convertido en un cementerio de niños" y muchos de ellos siguen bajo las ruinas.
Netanyahu en la mirilla de la ley internacional
La importancia del informe difundido este martes va más allá de las acusaciones vertidas hasta ahora por relatores y organizaciones de derechos humanos, pues detalla las bases jurídicas para sostener que Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos en Gaza. La Comisión de investigación ha sido dirigida por la jurista Navi Pillay, quien fuera presidenta del Tribunal Penal Internacional creado para examinar el genocidio cometido en Ruanda en 1994 contra la población tutsi por parte del Gobierno ruandés y la etnia hutu.
Según Pillay, "las autoridades israelíes y las fuerzas de seguridad israelíes cometieron cuatro de los cinco actos" tipificados en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (1948), entre ellos la matanza de civiles, el daño grave a la integridad física y mental, las condiciones de vida destructivas y los ataques contra clínicas de fertilidad como impedimento de nacimientos.
El informe señala que la esperanza de vida ha decaído en Gaza desde los 75,5 años cuando comenzó la matanza, hasta los actuales 34,9 años. Todo ello sin contar la desnutrición o la falta de atención médica debido a los bloqueos israelíes. "La responsabilidad de estos crímenes atroces recae en las autoridades israelíes en las más altas instancias, que han orquestado una campaña genocida durante casi dos años con la intención específica de destruir al grupo palestino en Gaza", acusó Pillay en la presentación del documento.
El informe acusa directamente al líder israelí, al presidente de Israel, Isaac Herzog, y al ex ministro de Defensa Gallant de haber "incitado a la comisión de genocidio", aunque la lista de culpables será mucho más amplia, según apunta la Comisión. Esta insta al Gobierno israelí a poner fin al genocidio en Gaza, aplicar las medidas de la Corte Internacional de Justicia, levantar el asedio militar y permitir el acceso de ayuda humanitaria y alimentos a la población de Gaza.
Quienes callan, son cómplices
"La comunidad internacional no puede permanecer en silencio ante la campaña genocida lanzada por Israel contra el pueblo palestino en Gaza. Cuando surgen signos y pruebas claras de genocidio, la ausencia de acción para detenerlo equivale a complicidad", añade la Comisión. La Unión Europea, por ejemplo, sigue negándose a reconocer ese genocidio.
El Gobierno israelí ha rechazado el informe como una falacia y ha acusado a los integrantes de la Comisión de la ONU que lo ha elaborado de ser "antisemitas" y tratar de "blanquear a Hamás".
Las acusaciones vertidas por la ONU y el actual clima de rechazo internacional a la estrategia de Netanyahu en Gaza podrían avivar las crecientes críticas internas en Israel. Así, el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas emitió un comunicado muy duro en el que afirma que la decisión de Netanyahu de lanzar la ofensiva terrestre pone en peligro a los cautivos. "El primer ministro opta conscientemente por sacrificarlos en el altar de las consideraciones políticas, ignorando por completo la postura del Jefe de Estado Mayor y las autoridades de seguridad", subrayaron las familias.
El jefe del Estado Mayor israelí, Eyal Zamir, y los responsables de los servicios de inteligencia (el Mossad, el Shin Bet y la inteligencia militar) han mostrado su rechazo a la actual operación para tomar Ciudad de Gaza. Lo que les preocupa no es el destino de los cientos de miles de habitantes palestinos de la ciudad, sino el de los rehenes y la integridad de los soldados israelíes. También señalan que la acción en curso no servirá para desmantelar Hamás y forzará al control directo militar de Gaza y sus dos millones de habitantes.
Pero ninguna de estas críticas, acusaciones o condenas, provengan de Israel, de la ONU o desde la comunidad internacional, parece capaz de conmover un ápice a Netanyahu. Sobre todo después de que Marco Rubio le brindara el lunes el apoyo "inquebrantable" de Washington. EEUU se lava las manos ante lo que ocurre en la Franja y deja que sea Israel quien resuelva ese "problema" con los métodos que considere.